Las altas y bajas temperaturas para dar clases en lugares públicos y abiertos (como las plazas, las villas y algunos lugares de los polideportivos) influyen directamente en las propuestas pedagógicas que llevamos adelante al promover actividades que beneficien la salud y mejoren la calidad de vida. Pero no sólo eso.
También afectan a nuestras condiciones de trabajo. O sea, que son doblemente importantes: tanto para lxs participantes como para nosotrxs en tanto trabajadorxs.
Y dada este relevancia nos preocupa cuando no hay claridad en los criterios que se nos ofrecen al momento de evaluar si una clase tiene que ser o no suspendida.
Por eso proponemos trabajar el tema en la ASAMBLEA venidera del 9 de agosto, poniendo a discusión los criterios que se utilizaban hasta hace unos años. La intención es que podamos construir una propuesta colectiva sobre este tema y presentarla a las autoridades de la Subsecretaría.
El tema de las altas y bajas temperaturas nos preocupa, como ya dijimos, porque se entreteje tanto con la propuesta pedagógica que llevamos adelante con lxs cientxs de participantes como con nuestras condiciones como trabajadorxs docentes. Nos preocupa y por eso nos ocupamos.
Acá va la propuesta: